21 julio 2006

Bye, bye, se acabó el recreo...

Y terminan las 6 semanas en Taiwán... y tal como me lo dijeron, se pasó volando.
Lo terrible de todo esto es que no sirvo para las despedidas, nunca me han gustado y jamás he sido buena para eso.
Sé que lo más probable es que a muchos o casi todos de los que estuvieron acá, no los voy a volver a ver. Pero no puedo dejar se sentir como penita porque se acaba esto, que no tuvo nada de recreo - como versa la canción de Sabina- pero fue demasiado bueno.
Lo pasé increíble y conocí gente muy chora. No deja de sorprenderme que a pesar de las enormes diferencias culturales, en el fondo somos todos iguales, muy parecidos en mil cosas.
No sé si hice "muy buenos" amigos, pero sí hubo algunos que me emocionaron hasta las lágrimas. Los vietnamitas terminaron siendo mi delegación amiga y con los que más me dieron ganas de llorar al momento de despedirme (hace unos pocos minutos), sus nombres son inpronunciables, pero a punta de "oye" (en español y todo) me sentí super "amigui" de Le Long, por ejemplo. Ellos actuaban siempre en grupo, todo la hacian juntos; cómo olvidar las sesiones de foto que tuve con ellos, se acercaba uno a pedirme una foto y después yo solo me mantenía en el mismo lugar mientras ellos se turnaban y se iban poniendo al lado mio de a uno. Tengo un montón de fotos con cada uno de los vietnamientas.
Los de Indonesia fueron todo un descubrimiento para mi. Gente super preparada, tremendamente cultos y buenos para la talla... fueron los primeros en irse hoy en la mañana y todos bajamos especialmente a decirles chao (se fueron antes por lo del Tsunami que hubo esta semana en su país). En las clases, ellos tenían sus puestos al lado de nosotros, lo chilenos, y todos eran encantadores: Dwe, Tika, Yayo e Ifix, este último hablaba alemán perfecto, por lo que pude conversar mucho más con él... y Yayo, que además hablaba japonés, tenía tallas para todo... sabe mucho de computadores, un experto en tecnología, por eso yo le decía "Mr. Hi-tech". Si hubiésemos elegido mejor compañero, él era mi voto seguro.
Los de Papua Nueva Guinea son super amorosos. Simon, Guasa y Ricki, eran super tímidos al principio, pero con los días se fueron integrando super bien, además son tremendamente acogedores y simpáticos. Simon me hizo un par de regalos que me emocionaron un montón y Ricki fue siempre tremendamente atento conmigo.
Los filipinos eran muy simpáticos también. Casi todos con nombres en español: Ernesto, Artemio, Ronaldo y Maureen, pero no hablaban nada de castellano. Se veían súper jóvenes, aunque no lo eran tanto, y son como "niños buenos". Me llamó la atención la vocación de ellos en su pega, en un país super pobre donde los sueldos son bastante bajos, pero Ernesto, por ejemplo, profesor universitario, se sentía pagado al enseñarles a sus alumnos y sentirse cercano a ellos. Un profe de vocación que siempre se preocupó de ver cómo poder llevar lo que estabamos aprendiendo a sus alumnos y a su realidad.
Lejos con los que fue más fácil la comunicación fue con los peruanos. Hablar el mismo idioma fue un primer motivo de acercamiento. Ellos vinieron con harto material de su país, les mandaron pisco (lo que los chilenos también agradecimos) y compraron miles de cosas acá. Simpáticos, compañeros de carrete, buenos para todo lo que fuera fiesta, celebración o trasnochada. Miguel, Daniel, Juan Luis y Alexis. Fueron super amorosos conmigo desde el primer día.
Y los chilenos, Rodrigo, Eugenio, Aldo y yo. Creo que también aportamos a este cuento. No sé si fuimos tan-tan unidos como otras delegaciones, pero sentirnos representates de nuestro país y compartir esa misma realidad, fue lo que nos acercó desde el primer momento. A pesar que ninguno se conocía de antes y nuestra "historia" comenzó super lejos de Chile, a pesar que cada uno tiene su cuento, su personalidad y sus cosillas, fue una agrado compartir estas 6 semanas juntos.
Ya mañana comienza el eterno viaje de vuelta y esto se acaba realmente. En pocas horas más esto va a ser un recuerdo o parte de mi historia, pero me alegra muchisimo haber estado acá. En Taiwán cumplí 30 años, en Taiwán aprendí más de tecnología que en todos estos años trabajando con TIC (aclaro que lo mio es la parte social de las TIC, no los fierros propiamente tal), en Taiwán conocí gente super chora y a uno muy especial... viví en Taiwán seis semanas y, dejando de lado los pelambres que he hecho en cada uno de mis post pasados, puedo decir que es un país super interesante, con gente muy atenta y acogedora - como Julio y Ryan- un país moderno, tecnológico y que está creciendo mucho... Taiwán fue toda una experiencia para mi y en mi ranking personal de países y ciudades, Taiwán es un país digno de conocer.
Zia Jian! nos vemos en Chile y las fotos van en el próximo post.

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